Si alguna vez has visto una pila de tornillos preguntándote cómo organizarlos, no eres el único. Una pregunta frecuente es: ¿Puedo almacenar pernos de anclaje con pernos comunes o se dañarán entre sí? En resumen: no se recomienda, pero depende del método de almacenamiento. Analicemos por qué mezclarlos puede causar problemas y cómo almacenarlos de forma segura.
¿Por qué almacenar pernos de anclaje con pernos regulares conlleva el riesgo de sufrir daños?
Los pernos de anclaje (fijaciones de alta resistencia que se utilizan para asegurar columnas, equipos o estructuras de acero al hormigón) y los pernos comunes (fijaciones de uso diario para aprietes generales) pueden parecer similares, pero sus diferencias hacen que el almacenamiento mixto sea riesgoso. Esto es lo que puede salir mal:
El daño del hilo es el riesgo más común
Los pernos de anclaje suelen tener roscas gruesas y profundas diseñadas para sujetar firmemente el hormigón o la mampostería. Los pernos regulares, como los hexagonales o los de máquina, tienen roscas más finas para conexiones precisas y ajustadas. Al amontonarlos en un contenedor:
La corrosión se propaga más rápidamente
Muchos pernos de anclaje están galvanizados (recubiertos de zinc) para resistir la oxidación, especialmente para aplicaciones en exteriores o en hormigón húmedo. Los pernos comunes pueden ser de acero sin tratar, pintados o tener diferentes recubrimientos. Al almacenarse juntos:
La confusión desperdicia tiempo (y dinero)
Los pernos de anclaje vienen en longitudes específicas (a menudo de más de 30 cm) y formas específicas (en forma de L, en forma de J, etc.). Los pernos regulares son más cortos y rectos. Mezclarlos implica perder tiempo clasificándolos posteriormente. Peor aún, confundir un perno regular con un perno de anclaje (o viceversa) provoca conexiones sueltas y posibles fallos.
¿Cuándo se pueden almacenar juntos (temporalmente)?
Si está en apuros (por ejemplo, espacio de almacenamiento limitado), siga estas reglas para minimizar los daños al almacenar pernos de anclaje con pernos normales de manera temporal:
- Primero separe por tamaño: mantenga los pernos regulares pequeños lejos de los pernos de anclaje grandes; las diferencias de tamaño más grandes significan más daños por colisión.
- Utilice separadores o cajas con compartimentos:
- Evite apilar mucho material sobre material liviano: nunca deje que pernos de anclaje pesados descansen sobre pernos regulares pequeños, ya que esto aplasta las roscas o dobla los vástagos.
- Verifique los revestimientos: si utiliza pernos de anclaje galvanizados con pernos regulares de acero desnudo, agregue fieltro o plástico entre ellos para evitar rayones.
Mejores prácticas para almacenar pernos de anclaje y pernos regulares
Para los pernos regulares, es importante mantenerlos secos almacenándolos en áreas con clima controlado; para los pernos regulares de acero sin tratar, se puede aplicar una fina capa de aceite de máquina para prevenir la oxidación (solo recuerde limpiarlo antes de usarlos), y deben almacenarse con sus tuercas y arandelas correspondientes en el mismo compartimento para facilitar el acceso. En cuanto a los pernos de anclaje, si no es posible colgarlos, deben colocarse en contenedores de plástico secos y sellados con desecantes para absorber la humedad, y el fondo de los contenedores debe estar forrado con espuma para proteger las roscas; además, deben estar claramente etiquetados con detalles como longitud, diámetro y recubrimiento (por ejemplo, "Perno de anclaje galvanizado en forma de L, 16 pulgadas") para evitar confusiones.
Conclusión
Los pernos de anclaje son indispensables para cargas pesadas y permanentes; los pernos convencionales se encargan de la fijación diaria. Considerarlos intercambiables durante el almacenamiento reduce su rendimiento. Almacenarlos por separado evita reemplazos costosos y, aún más importante, fallos estructurales.
Siguiendo estos pasos, mantendrá los pernos de anclaje y los pernos normales en óptimas condiciones, listos para funcionar cuando los necesite.
Hora de publicación: 10-jul-2025